sábado, 11 de octubre de 2008

VICKY, CRISTINA, BARCELONA.

Woody Allen nos vuelve a presentar una película llena de interesantes relaciones y de compleja trama sentimental. Vicky y Cristina son dos jóvenes norteamericanas con dos visiones diferentes sobre la vida y el amor, juntas pasarán el verano en Barcelona.
La trama nos sitúa en Barcelona, la cual es retratada de una manera muy particular, más bien vista con los ojos de un turista que de una persona que conozca la ciudad. Los giros que se van produciendo son imprevisibles, puesto que el planteamiento es totalmente abierto. De alguna manera la trama puede resultar y resulta un tanto absurda, la facilidad con la que se suceden los acontecimientos como si Barcelona fuera una ciudad mágica donde todo puede ocurrir es un tanto casposa.
La película está muy en la tonalidad y el estilo del director, trata de los sentimientos, de la falta o más bien de la búsqueda de estos, todo ellos llevado al extremo en un guión en el que no faltan los diálogos esponjosos.
Se puede destacar la banda sonora, castiza, realizada para situar al espectador norteamericano. El retrato de Barcelona es, un tanto irreal, con unos personajes que parecen sacados de un Manhatan español.
En este plano hay que destacar la actuación de Penélope Cruz, que es la única que no deja indiferente. Bardem interpreta a un macho español de una manera muy convincente, Scarlett sigue en su plano, es decir, plana. No consigue estar a la altura, sencillamente.
Los personajes están muy estereotipados, del primero al último pero algunos como el que interpreta Bardem o Penélope Cruz, demasiado.
Creo en mi opinión que no deberían de haber cometido ese homicidio sonoro con el doblaje, y que tampoco se puede contaminar un guión con los politiqueos de las autonomías de una zona de españa, los políticos meteran mano pronto en los cuadros de los artistas catalanes.
Es un film masticable, con un ritmo que no la hace aburrida y con una interpretación de calidad. Es en definitiva una buena apuesta para los amantes de Woody Allen y de casi cualquier espectador.

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